Todos los que tenemos la suerte de conducir una moto tenemos la sensación de que la gasolina la llevamos en la sangre, ademas estaréis de acuerdo conmigo que uno de los recuerdos que nunca se nos va a olvidar es el de la primera vez que montamos en una.
Yo lo recuerdo como si fuera ayer, montado en el deposito de una Bultaco Sherpa 350 con mi padre, no tenia mas de 4 años, recuerdo el sonido del motor, el viento en mi cara,el recorrido que hicimos y como no el olor inconfundible de la Gasolina.
Pocos años mas tarde con 10-11 años me compre mi primera moto, una Montesa cota 49 que me costo 40.000 ptas, que conseguí tirando de un carro de palos como caddie en el Club de Golf Llavaneres durante un verano.
A partir de ahí el TRIAL siempre estuvo en mis pensamientos, destinaba todo mi dinero a la tan preciada gasolina,mi querido y malogrado vecino Ramón Arnaus ingeniero de profesión me entreno en el arte de la mecánica he hizo que pudiera en multitud de ocasiones ahorrarme unas pelillas en mecánicos e incluso el poder ganarme algunas, reparando las motos y bicis de mis colegas, pero aun así, mis pocas posibilidades económicas no me permitieron poderlo practicar como hubiera querido.
Después de la cota 49 heredé la Sherpa de mi padre, mi corta edad y los pocos medios se encargarían de dejar el trial por el camino, luego otras prioridades me hicieron cambiar de estilo, una Honda NSR 75 seria la siguiente compañera, mas tarde una Yamaha RD 350 ( la matapijos, tremenda ) con la edad volví a cambiar de estilo una Gas Gas EC 250 me introdujo en el enduro y para no ser menos que nadie me dejé seducir por el mundo de los quads con un Kawasaki KFZ 700.
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